El Ajo (Allium sativum). Es originario de Asia, se conoce desde la antigüedad por su uso culinario.
Es una planta herbácea bulbosa donde sus tallos pueden
alcanzar hasta los 70 cms de altura. La raíz consta de un Bulbo, también
llamado cabeza, rodeado de pequeños bulbos, llamados dientes. El mejor momento
para plantarla es a mediados de otoño o a principios de la primavera.
Su aplicación y uso en la Medicina Tradicional
son ampliamente conocidas y reconocidas. Se debe a su contenido de vitaminas,
sales minerales, almidón, azúcar, crimina y muchas otras sustancias útiles para
la nutrición. A pesar de que se le atribuyen múltiples propiedades, la
investigación sobre esta planta es incesante y tiene aun un gran potencial
dentro de la medicina.
En la actualidad, el ajo es una medicina naturista y
tiene una amplia utilización farmacológica.
Es eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos,
bacterias y virus. Apoya en tratamientos de enfermedades cardíacas ya que
reduce el bloqueo de las arterias. Reduce la presión arterial y el colesterol. Incrementa
el nivel de insulina en el cuerpo. Ayuda
a reducir los daños causados por la arteriosclerosis. Apoyo en los tratamientos
contra el reumatismo.
También se relaciona con la prevención de ciertos tipos
de cáncer.
Propiedades
Terapéuticas.
Es muy importante saber que el órgano que más se
beneficia con el ajo crudo es el corazón.
El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas,
bactericidas y depurativas, debido a que contiene un aceite esencial volátil
llamado aliina, que se transforma en alicina, responsable de su fuerte olor y
que se elimina por vía respiratoria.
En la antigüedad se empleaba como bactericida contra
infecciones, cólera, difteria. Se ha demostrado que puede emplearse satisfactoriamente
para matar y eliminar ciertos parásitos dañinos del tracto intestinal, sin
afectar en absoluto las especies necesarias para su buen funcionamiento. Ataca
las lombrices como la tenia y la solitaria.
Se emplea como diurético, antiséptico, antifúngico, hipotensor,
hipocolesterolemiante, antiateromatoso, antiagregante plaquetario e hipoglucemiante.
Su consumo frecuente provoca vasodilatación (aumento del
diámetro de pequeños vasos sanguíneos; arteriolas y capilares) lo que hace que
la sangre fluya con mayor facilidad y que disminuya la presión sanguínea.
Previene la hipertensión, la mala circulación y purifica la sangre ya que tiene
una acción hipotensora. Se usa también ayuda en la prevención de trombos.
El ajo ayuda a reducir los niveles de colesterol en la
sangre y mejora el sistema cardiovascular en general porque favorecen una buena
síntesis de los ácidos grasos. Esto se debe a que regula la producción de
colesterol por parte del hígado y además aumenta el nivel del bueno (HDL). Por
otra parte, también reduce los niveles del colesterol dañino (LDL). En cuanto
al sistema cardiovascular, el ajo es muy bueno ya que ayuda a dilatar los vasos
sanguíneos, facilitando así la circulación sanguínea y ayudando a prevenir
problemas como la arteriosclerosis.
Ayuda a quienes padecen de ácido úrico y actúa como
protector en la calcificación de las arterias.
En las enfermedades del hígado, presenta inapreciables
servicios contra los cálculos, arenillas y congestiones de este órgano. Para
ello se tomará en forma de vino, la cantidad de una copa.
Es estimulante, diurético y expectorante
Gracias a que se elimina el aceite esencial (aliina) a
través del sistema respiratorio, cuenta también con propiedades balsámicas y
expectorantes además de antisépticas. Por esta razón ayuda a prevenir y curar
todas las enfermedades de las vías respiratorias. Se ha empleado popularmente en
casos de tuberculosis, gangrena, pulmonar y tosferina.
Es una buena opción para combatir los problemas
frecuentes de los resfriados y prevenir la gripe.
Posee cualidades rubefacientes aplicado por vía externa, después
de ser machacado.
Tiene un alto contenido de fósforo y de azufre, por eso
se destaca como un sedante especial para los nervios.
Es muy recomendable como desinfectante, por lo tanto en
caso de picaduras de algún insecto extraño, se puede frotar con ajo crudo.
También se usa el ajo en vía tópica para combatir las
verrugas.
El ajo es una importante fuente de vitaminas A, B1, B2 y
C. Esto significa que ayuda como antioxidante y a mantener más fuerte y
saludable la piel.
Es aconsejable frente a las angustias y palpitaciones del
corazón.
Activa el funcionamiento del hígado.
Útil en caso de hemorroides y varices.
Ayuda a curar los padecimientos de los riñones y la
vejiga.
Es usado (tintura) como apoyo en tratamientos en los casos
de eczemas y herpes.
Apoyo en el tratamiento de la diabetes y el asma,
disminuye la tos y fluidifica los esputos.
Protege contra el cáncer. Estudios recientes parecen
asociar el consumo del ajo con la inhibición del cáncer. Los compuestos
azufrados parecen ser los responsables en la lucha contra la aparición de
células cancerosas en el estómago, hígado, pecho, etc. El flavonoide
quercetina, por sus efectos antioxidantes, también parece jugar el mismo papel
en este sentido.
Modos de empleo
y preparación.
De acuerdo a los efectos medicinales buscados, varía la
forma en que deben ser ingeridos, ya que el ajo posee diferentes propiedades
crudo o cocido.
Cuando el ajo crudo es cortado o machacado, se produce la
combinación de la aliina con la alinasa, lo que produce una sustancia
denominada alicina. Ésta tiene varios efectos benéficos, en cambio si el ajo es
cocinado, este compuesto se destruye. En el proceso de cocción se liberan
compuestos diferentes, como la adenosina y el ajoeno, que poseen cualidades
anticoagulantes y que ayuda en reducir el nivel de colesterol.
Hay mucha variación entre los productos de ajo que se
venden con propósitos medicinales. La cantidad de alicina, el ingrediente
activo y la fuente del olor distintivo del ajo, varía de acuerdo al método de
preparación. La alicina es inestable y se transforma muy rápidamente en otra
sustancia química. Algunos fabricantes se aprovechan de esto y envejecen el ajo
para hacerlo sin olor. Desgraciadamente, esto también disminuye la cantidad de
alicina y compromete la eficacia del producto. Algunas preparaciones y
productos de ajo sin olor podrían contener muy poca alicina, o bien nada.
Las formas de consumo más comunes son:
1.-Crudo. Esta mejor forma de comerlo. Se puede comenzar
para acostumbrarse con uno o dos dientes de ajo. Posteriormente se puede
aumentar a hasta llegar a cuatro o cinco. La cantidad depende de la tolerancia
de cada persona.
Tiene el problema del mal olor. Es difícil controlar la
cantidad efectiva de principios activos con efectos terapéuticos. Muchas
personas para evitar masticarlos (y evitar el mal olor) los preparan finamente picados y los pasan
con ayuda de agua, zumo o alguna infusión.
Para evitar que se repita el sabor del ajo, se pela el
diente de ajo y se corta a la mitad a lo largo. En medio se tiene una “vena”
normalmente de color verde. Retírela y no la consuma. Este consejo también
aplica a los guisos.
2.-Extracto de Ajo en cápsula o perlas. Tienen la ventaja
de no provocar mal olor corporal. La dosis habitual para conseguir efectos
terapéuticos es de 600 a
900 mg diarios. Seguir indicaciones de su médico.
3.-Decocción de dientes de ajo. Hervir una cabeza de ajo
en un litro de agua durante cinco minutos. Tomar tres tazas diarias. Se pierden
parte de las propiedades pero se evita en parte el mal aliento.
4.-Maceración en vinagre. Tiene el problema de mal olor
corporal que provoca en algunas personas. Además parte de su contenido en
principios activos se pierde. Sin embargo, su uso durante espacios de tiempo
prolongados puede tener efectos de acumulación en nuestro cuerpo. Por ello, es
un modo de empleo para sostener durante periodos largos de tiempo un
tratamiento.
5.- Tintura de ajo. Conserva los principios activos. Para
mejor absorción mezclar con agua o algún zumo. La tintura se prepara en un
recipiente de cristal de un litro. Poner 250 grs. de dientes de ajos finamente
cortados. Cubrir con 1 litro
de alcohol etílico de 95/96 grados. Dejar en maceración durante 30 días consecutivos,
agitando la botella diariamente. Al término de los 30 días filtre con lienzo o
tamiz, exprima bien hasta agotar todo su jugo. Conserve en botella color ámbar
(caramelo). Tomar de 15 á 30 gotas 3 veces por día, diluida en agua, jugo (zumo)
alguna infusión antes de desayunar
(ayunas), comer y cenar.
Continuar este proceso de las 3 tomas al día durante 3
meses seguidos. A continuación de
los 3 meses realizar la toma una vez al día.
6.-Tintura Vinosa. En medio litro de vino fino blanco se
ponen cuatro dientes de ajo finamente picados y se deja macerar por siete días.
Se agita la botella diariamente. Se pasa por el tamiz al servirlo para su toma.
1 copa después de la comida principal. Conserve en Frigorífico.
7.-Cataplasma. El ajo es esencialmente excitante,
rubefaciente (que enrojece la piel), y vesicante (que produce ampollas en la
piel) y por ello se utiliza en aplicaciones externas, en forma de cataplasmas.
8.-Maceración en aceite de oliva. Para el caso de
anquilosamiento de las articulaciones y esclerosis en las arterias o cálculos
en la vesícula o riñón (disuelve los depósitos calcáreos del organismo). Por
las mañanas al levantarse tomarse en ayunas una cucharada sopera de la
maceración de ajo en aceite de oliva y acompañar con medio zumo de limón.
Preparación. Llenar hasta ¼ de un frasco de un litro con
dientes de ajos picados en tres cortes y el resto rellenarlo con hojas de
romero fresco. Cubrir todo con el aceite oliva hasta el borde. Dejarlo macerar
40 días al sol y luna en la intemperie, batiéndolo a diario. Pasados los 40
días colar el aceite y almacenarlos en un lugar fresco y seco.
Otras formas de consumo menos comunes son caldo, emulsión
y jarabe.
Otras Posologías:
- Problemas de circulación, evitar coágulos de sangre, arteriosclerosis, hipertensión, colesterol, infarto de miocardio, angina de pecho y otros padecimientos relacionados con una mala circulación como las hemorroides. Tomar medio gramo de tintura al día o comer ajo crudo en ensalada.
- En caso de gota resulta muy interesante la decocción de 4 dientes de ajo en un litro de agua. Tomar 2 vasos al día.
- Como bactericida 7 gotas de jarabe esencial al día.
- El tratamiento con ajo para las verrugas y callos es muy agresivo por la naturaleza abrasiva de los componentes usados. Es importante aplicarlo solamente en la parte afectada de la piel, protegiendo el resto de la misma del alcance del producto. Una vez aplicado el tratamiento, se deberá tapar la parte afectada con una gasa y esparadrapo evitando que el contenido alcance las partes sanas que rodean la zona afectada. No deberán utilizarse estos tratamientos con los niños o personas muy sensibles a los que les podría producir ulceraciones.
- Para tratar las infecciones del oído - Otitis. (Suministrar un par de gotas de aceite de ajo dentro del oído, tapar con un algodón posteriormente).
- Por sus propiedades fungicidas resulta muy adecuado para apoyar en el tratamiento del ardor en los pies producido por la infección del pie de atleta. Maceración de 8 o 9 dientes de ajo en aceite de oliva durante 3 días. Aplicar el aceite con una gasa entre los dedos de los pies.
Contraindicaciones.
- La toxicidad del ajo es muy escasa
- El uso de ajo en altas dosis, ya sea crudo o en extractos, está desaconsejado en hemorragias traumáticas ó menstruales. El ajo tiene auténticas propiedades fluidificantes y por tanto puede impedir los procesos de coagulación. Se desaconseja su uso en caso de que a la persona le vayan a realizar una intervención quirúrgica.
- Se desaconseja su uso durante el embarazo y durante la lactancia. Consulte a su médico.
- Las dosis muy elevadas pueden ocasionar envenenamiento provocando vómitos, colapso y convulsiones, dolor de cabeza.
- En personas muy sensibles puede producir molestias gastrointestinales, dependiendo de la dosis consumida, y en algunos casos incluso reacciones alérgicas leves con irritaciones cutáneas y dolor en el estomago.
- Debe consumirse con moderación en caso de tener úlcera de estómago.
- Puede tener efectos hipoglucemiantes, por lo que debe consumirse con precaución, especialmente si se padece de diabetes.
- En contacto con la piel, puede provocar la aparición de irritación cutánea y sarpullido.
- Muy grandes dosis el ajo reduce la actividad de la glándula tiroides.
Composición química
Componentes activos principales del ajo.
- Aminoácidos:
Ácido glutamínico, argenina, ácido aspártico, leucina, lisina, valina.
- Minerales
(2%): Principalmente: manganeso, potasio, calcio y fósforo. En cantidades
menores: magnesio, selenio, sodio, hierro, zinc, cobre, sílice, azufre y
yodo.
- Vitaminas:
Principalmente: vitamina A, B1, B3, B6, C y adenosina. En cantidades
menores: ácido fólico, ácido pantoténico y niacina.
- Aceite
esencial con muchos componentes sulfurosos: disulfuro de alilo, trisolfuro
de alilo, tetrasolfuro de alilo.
- Aliina
que mediante la enzima alinasa, se convierte en alicina.
- Ajoeno, producido por condensación de la alicina.
- Sulfóxido (2,3%). Derivados del alquilcisteína como aliines (alilalliina, propenilalliina y metilalliina), aceites esenciales (0,2-0,3%) como la garlicina o el sulfóxido de alilcisteína del bulbo intacto. Quercetina.
- Polisacáridos homogéneos. Fructosanes (hasta un 75%)
- Azúcares:
fructosa y glucosa.
- Saponinas
triterpénicas (0,07%)
En general las características del ajo dependen de la
riqueza del suelo donde crece.
Este contenido es puramente informativo, no debe
considerarse como consejos ni opiniones médicas, consulte siempre con su
médico.
Referencias
y Bibliografía
- http://es.wikipedia.org/wiki/Allium_sativum
- Enciclopedia de Plantas Medicinales. http://www.sepeap.org/archivos/libros/jardineria/Libros%20Enciclopedia%20De%20Plantas%20Medicinales%20-%20Fichas.pdf
- http://www.ecured.cu/index.php/Anexo:Ajo_(Propiedades_Medicinales)
- USDA National Nutrient Database. http://ndb.nal.usda.gov/
- El Ajo: http://www.botanical-online.com/medicinalsalliumsativum.htm
- Uso Medicinal del Ajo. http://www.misabueso.com/salud/Ajo
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